Zaragoza vuelve a posicionarse como epicentro europeo del debate sobre movilidad sostenible durante la apertura del Congreso Europeo de Movilidad Eléctrica (CEVE), celebrado en el Mobility City de Fundación Ibercaja.
La alcaldesa Natalia Chueca protagonizó el acto inaugural con un discurso en el que combina reivindicación política, balance de gestión y visión de futuro.
Con tono firme, la mandataria plantea la necesidad de que España adopte medidas fiscales y regulatorias coherentes para acelerar la electrificación del transporte.
“Es importante que se revise el IVA de los vehículos eléctricos y que se aborde un Plan Renove ambicioso”, expresa, advirtiendo que sin una estrategia nacional potente será imposible cumplir los objetivos europeos de descarbonización.
Chueca apunta directamente al Gobierno central al reclamar mayor implicación en la ejecución de los fondos europeos destinados a movilidad eléctrica y una simplificación de los trámites administrativos que hoy retrasan proyectos listos para desplegarse.
Pide además incentivos fiscales estables y previsibles, tanto para los ciudadanos como para las empresas, que garanticen un marco de confianza a largo plazo.
“El liderazgo local y europeo es fundamental, pero no suficiente. España necesita una estrategia coherente y estable para hacer de la movilidad eléctrica una realidad a gran escala”, sostiene.
Zaragoza, laboratorio urbano de movilidad eléctrica
La alcaldesa aprovechó la ocasión para subrayar los avances concretos de la capital aragonesa, que ha pasado de la planificación a la acción.
“En Zaragoza no solo predicamos, actuamos”, afirma.
Desde 2020, la ciudad emprendió un proceso de transformación de su flota de transporte público, con la decisión —entonces inédita en España— de que todos los nuevos autobuses serían eléctricos.
Hoy, un tercio de los vehículos ya lo son, las cocheras están completamente electrificadas, y el objetivo municipal es alcanzar una flota 100 % eléctrica para 2030.
El ecosistema urbano se complementa con más de 145 puntos de recarga en 37 ubicaciones, un sistema público de bicicletas eléctricas con 2.500 unidades y 150 kilómetros de carriles bici que conectan toda la ciudad.
Además, los servicios públicos municipales, como la recogida de residuos y la limpieza urbana, avanzan en la electrificación de sus flotas “en la medida en que la tecnología lo permite”.
Chueca insiste en que la transición no consiste solo en cambiar el motor, sino también en cambiar la mentalidad:
“Lo hacemos con una visión integral, combinando innovación, colaboración y conciencia ciudadana.”
Una apuesta industrial con proyección europea
Zaragoza no solo destaca por su política de movilidad urbana, sino también por su sólido entramado industrial.
La alcaldesa recuerda que el sector automotriz ha sido “el motor económico de la ciudad y de toda la comunidad”, con un legado que arranca hace más de cuatro décadas en la fábrica de Figueruelas, hoy perteneciente a Stellantis.
Ese legado se renueva con la llegada de la factoría de baterías eléctricas de Inobat CATL, que reforzará el papel de la ciudad en la cadena de valor del vehículo eléctrico.
Asimismo, destacó la incorporación del Grupo D, confirmada durante su reciente visita a China junto al Grupo Carreras, que convertirá a Zaragoza en puerta de entrada de los vehículos industriales eléctricos al mercado europeo.
“Todo esto es posible porque aquí las empresas encuentran talento, infraestructuras, estabilidad jurídica y colaboración institucional”, subraya.
Una transición económica, ambiental y cultural
Chueca define la movilidad eléctrica como “una oportunidad ambiental, económica y de país”, y recuerda su lema como concejal de Movilidad:
“Antes de exigir un esfuerzo al ciudadano, hay que dar ejemplo desde la administración.”
Con esta premisa, defiende la importancia de liderar con hechos y resultados, apelando a la cooperación entre instituciones, empresas y ciudadanía.
“La movilidad eléctrica no es un sueño lejano —afirma—, es una realidad que estamos construyendo día a día. Representa salud, bienestar, sostenibilidad e innovación; representa el derecho a respirar un aire más limpio y a vivir en ciudades más humanas.”
El discurso de la alcaldesa deja en claro que Zaragoza quiere consolidarse como modelo europeo de movilidad sostenible, pero también como voz política que reclama un marco nacional claro para que la transición ecológica se traduzca en competitividad y empleo.



