Con el mercado eMobility en plena expansión, el segmento corporativo aparece como una de las claves pendientes para escalar el cambio.
“Si queremos conseguir los objetivos del PNIEC, tenemos que hacer algo que sea disruptivo”, propone Arturo Pérez de Lucia, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE).
La declaración, dada en el marco del último summit virtual de Mobility Portal Europe, resume el posicionamiento del sector: sin un rediseño fiscal ambicioso, el crecimiento del vehículo eléctrico corre el riesgo de no alcanzar la escala necesaria.
En mayo, las matriculaciones de vehículos electrificados —entre eléctricos puros e híbridos enchufables— crecieron un 123,7 % en España, hasta las 24.371 unidades, según datos de AEDIVE y GANVAM.

Si bien los incentivos fiscales y los acuerdos entre fabricantes y energéticas han dinamizado la demanda particular, el canal B2B aún no logra consolidarse como motor estructural del cambio.
En este contexto, desde la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica insisten en la urgencia de replantear el modelo fiscal.
¿Cuál sería la solución?
Para AEDIVE la respuesta se encuentra en la apuesta por el canal empresarial. “España siempre ha sido considerada un mercado B2C y fue un error concebir todas las ayudas enfocadas al ciudadano”, añade Pérez de Lucia.
La asociación promueve una transición impulsada principalmente por el segmento B2B, con incentivos fiscales claros y específicos para empresas, leasing y renting flexible.
En el país vecino se ve un ejemplo “claro” donde la reforma está enfocada al incremento de las flotas.
Allí la aplicación de beneficios fiscales como la rebaja del IVA, deducciones en el impuesto de matriculación y ayudas específicas a vehículos profesionales ha generado una base sólida de demanda.
¡Revive el evento!
AEDIVE propone: ¿Qué puede aprender España de Portugal?
Los datos del “Observatório da Mobilidade Eléctrica de Portugal” muestran que la electrificación del parque corporativo no es residual, sino estructural.
Entre enero y mayo de 2025, la participación de flotas colectivas en las matriculaciones de BEV se mantuvo entre el 15 % y el 18 %, con un promedio del 16,6 %.
En cambio, en España —según estimaciones realizadas a partir del informe de matriculaciones de IDEAUTO— el canal colectivo representa aproximadamente el 12 % del total de ventas de BEV, con escasa variación mes a mes durante 2025.
Esta diferencia no solo evidencia la distancia en políticas fiscales, sino también en estrategia industrial.
“La reforma fiscal que proponemos desde AEDIVE incluye la rebaja del IVA a vehículos que no son de ocio, es decir, los vehículos de empresa”, detalló Pérez de Lucia.
Se trata de una medida que permitiría reorientar el gasto público hacia nichos con alto poder de renovación del parque y retorno operativo directo.
La fiscalidad por sí sola no es suficiente.
“Hace falta colaboración público-privada, y también público-pública”, reclama el portavoz de AEDIVE.
Desde licencias administrativas hasta interoperabilidad técnica, el despliegue del vehículo eléctrico necesita un entorno normativo y operativo más ágil, especialmente en el segmento empresarial.
A esto se suma una preocupación creciente del sector: el desajuste entre el crecimiento de infraestructuras y la demanda real.
¿Es momento de una campaña masiva de comunicación eMobility?
“Todos los objetivos que se habían planificado por parte de los operadores estaban en base a un parque previsible que iba a existir en España a estas alturas y que no existe”, advierte Perez de Lucia.
La falta de masa crítica pone en jaque el modelo de negocio basado en el retorno por kilovatio hora.
Por eso, desde AEDIVE piden también reforzar la estrategia de comunicación institucional.
“Nunca se ha comunicado qué era esto del vehículo eléctrico, ha habido mucha infoxicación”, lamentó Pérez de Lucia.
La información fragmentada y la ausencia de una narrativa clara sobre beneficios y usos han contribuido a una adopción más lenta de lo esperado. “La movilidad eléctrica ya no tiene vuelta atrás”, concluye.
Y en ese escenario irreversible, España aún tiene margen para corregir el rumbo si decide dar protagonismo fiscal al canal B2B.